Pulgas en el corazón

Por: Lourdes Carmona @Lourdes Carmona

Dos vocaciones se cruzaron en su camino: la aviación y la enseñanza. Muy pronto pudo llevarlas a cabo gracias a su labor como instructora de vuelo, a la temprana edad de veinte años.

Desde entonces ha dedicado su vida a la aviación, actualmente piloto en activo de líneas aéreas; y al desarrollo personal en varias facetas, es instructora de Pilates, y desde hace unos años experta en Canfield Methodology con el prestigioso coach estadounidense Jack Canfield, autor de Sopa de pollo para el alma y El secreto de la ley de la atracción.

Ha publicado Success University for Women, bestseller del que es coautora junto a otras veintitrés mujeres de todo el mundo.

Con su programa pionero www.listosparadespegue.com ayuda a las personas a vencer sus creencias limitantes y así alcanzar sus propósitos vitales.

Colaboradora en Kilómetros de radio en RNE Radio5 y en Gestiona Radio Elche, Lourdes dirige una sección en ambos en las que comparte y analiza historias de superación personal.

Además ha creado el método pionero "Miedo a Volar" para ayudar a las personas a superar la aerofobia.

 

Nuestras emociones marcan el ritmo, son el indicativo más fiable de la calidad de nuestras actuaciones y el listón de nuestras limitaciones personales. No podríamos encontrar en el mundo ningún dispositivo más preciso que fuera capaz de medir de forma tan fidedigna nuestra resistencia al cambio. Si nuestros pensamientos generan un montante de decenas de miles a diario, sería muy insano el tratar de controlar cada uno de ellos.

Y es cuando nos encontramos frente a un reto personal, quizá la pregunta que nos deberíamos hacer es, ¿cómo me siento? En lugar de asumir la exigencia y dureza de la realidad. Para muchos pesimistas, el argumento más recurrente acaba siendo: "pesimista, ¿yo? Qué va, todo lo contrario soy realista". Ante ese comentario, corre en dirección opuesta, las excusas están por llegar. Porque el resto que acompañe, seguro que será un incontable listado de buenas razones y con lógica aparente para trinchar toda ilusión pero la esperanza se apagará y será tan insignificante que transitará hacia el olvido.

Al retomar el punto de inicio, ¿cómo me siento? La importancia de la cuestión conecta de forma instantánea con nuestra naturaleza. Esta es positiva, alegre y cree en las posibilidades. ¿Te has detenido a observar a un grupo de niños en un parque? Su visión de la realidad mientras juegan llega a ser muy divertida por esa imaginación que recrea el más de los inverosímiles escenarios. Y a menudo olvidamos esta capacidad que un día tuvimos, creíamos en las infinitas posibilidades de cada objeto. Cuando una lata deforme y oxidada servía de balón, jugábamos en los descampados, éramos felices con poco. Nuestra imaginación hacía el resto... Y sigue ahí, pide a gritos su rescate. ¿Qué llegaríamos a alcanzar si fuésemos más creativos?

Frente a la encrucijada que determina el curso del camino a través de una de nuestras decisiones. Pregunta del millón: ¿Cómo me siento? Nuestros pensamientos negativos son como las gotitas de agua que salpican sobre el quicio de la ventana durante el chubasco: mojan, calan hondo y ensucian.

Recuerda, si hoy no ha sido un buen día, mañana saldrá el sol.

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