PROGRAMAS PARA EL SECTOR SANITARIO

Los profesionales sanitarios que han entrenado sus competencias emocionales son capaces de ofrecer una asistencia mejor y de mayor calidad a los pacientes. 

Este tipo de profesionales se enfrentan a diario con problemas como estrés, conflictos, situaciones delicadas, sobrecarga de trabajo, necesidad constante de actualización…. que determinan el desempeño de sus tareas y repercuten en la calidad del servicio que ofrecen. 

El desarrollo de competencias emocionales les permite gestionar adecuadamente estos problemas favoreciendo su bienestar emocional, mejorando el clima de trabajo y aumentando la calidad asistencial. 

En Desarrolla llevamos muchos años trabajando con profesionales del sector sanitario acompañándoles en el proceso de adquisición e integración de estas competencias para mejorar su día a día a través de diferentes talleres:  


AUTONOMÍA EMOCIONAL Y PREVENCIÓN DEL ESTRÉS

La elevada carga de trabajo y los estragos causados por la pandemia son importantes factores de riesgo que pueden generar un alto nivel de estrés y fuerte desgaste emocional y profesional si se carece de las herramientas adecuadas para gestionarlos. 

Por otra parte, el personal sanitario en ocasiones está en contacto con pacientes que sufren o ven morir a sus familiares, a los que muchas veces se les debe transmitir información sensible. La carga emocional puede afectar en nuestra comunicación diaria, es por ello que queremos ayudarte a afrontar todas estas situaciones. 

Con este taller conseguiremos que los participantes aprendan técnicas que les ayuden a sobrellevar las situaciones de presión en sus responsabilidades del día a día. 


OBJETIVO GENERAL

Aportar los conocimientos y fundamentos psicosociales de corte afectivo y emocional que influyen en el mejor funcionamiento de las personas en situaciones difíciles y/o de sobrecarga de trabajo.


OBJETIVOS ESPECÍFICOS

-Aprender a reconocer las propias emociones y sus efectos. 

-Aprender a gestionar las emociones más conflictivas y los efectos que provoca en el organismo y en el desempeño de nuestras tareas. 

-Poner límites y favorecer la distancia con los problemas que surgen en el trabajo. 

-Desarrollar el autocuidado. 

-Adquirir herramientas para prevenir y afrontar el estrés. 


LA RELACIÓN ENTRE EL PROFESIONAL DE LA SALUD
Y EL PACIENTE

La relación que se establece entre el profesional sanitario y el paciente es un elemento fundamental en el proceso asistencial, tanto en la fase de diagnóstico como en la de tratamiento.  

Establecer un vínculo basado en la confianza, seguridad y respeto mutuo es la base para una buena relación que mejorará la calidad y cantidad de información que se intercambie en ambas direcciones y propiciará la implicación del paciente en todo el proceso. 

En la actualidad hay una serie de factores que han podido contribuir a dificultar este buen clima necesario: la escasez de recursos, la falta de tiempo para atender adecuadamente a los pacientes, el desarrollo tecnológico que en ocasiones “deshumaniza” el proceso, el acceso a la información por parte de los pacientes que lleva a situaciones de “auto diagnóstico” y desconfianza en el criterio médico…. 

Desarrollar una serie de habilidades y competencias como empatía, comunicación asertiva, inteligencia emocional y gestión de conflictos te ayudará a la hora de establecer ese vínculo tan necesario para que la relación con los pacientes sea gratificante para ambas partes.

OBJETIVO GENERAL 

Aprender y desarrollar las habilidades y herramientas necesarias para mejorar nuestra capacidad de relación con pacientes y usuarios. 


OBJETIVOS ESPECÍFICOS 

-Percibir los sentimientos y puntos de vista de los demás e interesarse activamente por sus preocupaciones. 

-Dar, recibir y captar las señales emocionales y sintonizar con el mensaje. 

 -Escuchar bien, buscar la comprensión mutua y no tener problemas en compartir la información de que dispongo.  

 -Manejar situaciones tensas con diplomacia y tacto. 

 -Abordar abiertamente las cuestiones difíciles practicando la comunicación asertiva. 


MINDFULNESS PARA EL SECTOR SANITARIO

El Mindfulness es una disciplina de entrenamiento de la mente validada por la neurociencia mediante estudios científicos. Es una herramienta muy útil tanto en el entorno laboral como en la vida personal ya que nos ayuda a concentrarnos mejor en nuestro trabajo, a motivarnos y a huir del estrés. 

Los beneficios psicológicos y físicos constatados científicamente que otorga la práctica de Mindfulness tienen un efecto positivo en todas las facetas sociales de las personas que lo practican. Una mente clara, despejada y sin estrés mejora la capacidad de concentración en la tarea, lo que permite un mejor desempeño de la actividad, aumentando así la autoestima y la confianza. Todo esto desencadena un incremento de la motivación y por tanto un notable aumento del bienestar. 

Esta herramienta es especialmente adecuada para el personal sanitario, ya que es uno de los colectivos que mayores niveles de estrés padece, además de estar en constante contacto con el sufrimiento y soportar una excesiva carga de trabajo que en muchas ocasiones es difícil sobrellevar. 


OBJETIVO GENERAL 

-Conocer, practicar y manejar las herramientas del Mindfulness para mejorar las habilidades necesarias para el buen desempeño de la tarea y aumentar el bienestar. 


OBJETIVOS ESPECÍFICOS 

-Desarrollar el autocuidado del personal sanitario para poder afrontar mejor el sufrimiento propio y ajeno.

-Prevenir el agotamiento emocional y físico.

-Mejorar la habilidad para manejar el estrés y la ansiedad mediante técnicas de autorregulación.

-Mejorar el manejo y atención al paciente.

-Aumentar la autoestima, el autoconocimiento y la motivación.


METODOLOGÍA

En DESARROLLA trabajamos con una metodología sumamente participativa y activa, con una base pedagógica enmarcada dentro de la dinámica de grupos, técnicas de coaching, análisis de casos reales, etc.

La dinámica de cada sesión es:

Entrenar: durante cada sesión, los participantes se marcan sus propios objetivos de desarrollo y mejora, para ponerlos en práctica en su trabajo diario.

Seguimiento: en las siguientes sesiones, se comparten experiencias individuales para reforzar las alternativas descubiertas.

Plan de acción: en cada sesión se llevaran un plan de acción para poner en práctica en esa semana.

El facilitador se encarga, no de solucionar directamente situaciones, sino de promover que los participantes desarrollen las claves y habilidades específicas para afrontar situaciones, basado en espacios de reflexión y confrontación de habilidades.