¡Si no tomas accion es imposible que te sucedan grandes cosas! Los 4 niveles de conciencia

Los 4 niveles de conciencia

Eres víctima (La vida te sucede)

Cuando vamos creciendo, vamos adquiriendo esta idea de que no tenemos poder, de que dependemos de alguien más y de que no podemos elegir lo que queremos vivir. Pensamos que la vida nos pasa, que cualquier persona nos puede hacer daño, que hay malas personas que nos van a lastimar.

En este nivel sentimos que no tenemos ninguna influencia en nuestra vida y en lo que nos sucede. Somos un efecto del resto del mundo. Siempre estamos quejándonos, protestando y además nos juntamos para continuar quejándonos y protestando y fomentando este malestar emocional constante de que solo lo malo nos sucede.

En general, piensas que la vida se trata de sufrir.

Muchas personas que conoces aún pueden estar estancadas en esta etapa. Cuando sientes que te está sucediendo la vida, de repente todo se mueve demasiado rápido a tu alrededor y todos están tratando de atraparte o de hacerte daño. Los jefes en el trabajo están arruinando tu paz o tu tranquilidad, alguien de tu familia es grosero o egoísta o solo quiere molestarte, los amigos están siendo descarados y el gobierno es la raíz de casi todos tus otros problemas.

Todas estas son solo historias que la gente se cuenta a sí misma. No son la realidad, sino que tu subconsciente crea tu propia realidad basado en tus creencias, ideas y pensamientos constantes. Esto solo genera que tengas una actitud pesimista de la vida, que tengas baja autoestima y que vivas sin motivación real.

Esta actitud no ayuda, pero solo manifiesta más de lo que no quieres. Así es como muchas personas quedan atrapadas en esta conciencia de nivel uno, porque sus creencias alimentan la realidad que no quieren, lo que confirma sus falsas creencias sobre la vida, como «la vida es injusta«.

Estás en control (Haces que la vida suceda)

Te comienzas a despertar y comienzas a leer más libros de espiritualidad o de desarrollo personal que te ayuden a tomar el control de tu vida. Comienzas a darte cuenta que sí tienes un poder para crear tu vida y para hacer realidad tus deseos. Tienes el poder de visualizar lo que deseas, tomar acción y lograrlo. Comienzas a experimentar la magia de hacer realidad tus sueños. Comienzas a disfrutar la vida y darte cuenta que tú mereces ser feliz, exitoso y amado.

Algo que puede tener un lado negativo en este nivel es que crees que puedes controlar absolutamente todo a tu alrededor, incluso a ti mismo y esto evita que puedas ser tú mismo, que reconozcas realmente tu capacidad.

En mi punto de vista personal, creo que aquí te atoras pensando que todo es mental y que tú puedes lograrlo todo sin ayuda alguna, te separas un poco del lado espiritual o te previene a que conectes con tu verdadero yo.

Este nivel también podría desatar sentimientos de ser demasiado duro contigo mismo y sentirte culpable si no creas lo que deseas.

Abierto (La vida sucede a través de ti)

Te das cuenta que aun cuando tienes el control, aun así, hay cosas que no puedes controlar. Pero, también eres capaz de comprender que aun cuando sucedan cosas que no están en tu control, siempre hay algo positivo en ello.

Confías que hay un poder más grande que cuando te rindes hacia él, más cosas buenas comienzan a pasar en tu vida. Comienzas a reconocer que si sigues tu intuición y tu inspiración puedes alcanzar aun cosas más grandes. En esta etapa, los milagros suceden. Vives en constante estado de gratitud y maravillado con los resultados y con la magnifico que resulta tu vida.

Personalmente, creo que este punto te permite sacar ese lado emocional que muchas veces hemos tratado de evitar por miedo, pena o simplemente porque no estamos conscientes de ello. Al conectar con tu lado emocional, te permite conectar con la Divinidad y realmente reconocer ese amor puro e infinito, que es la Fuente de donde tú provienes.

En esta etapa te das cuenta y vives realmente que tú no eres solo mente o cuerpo, sino que eres un ser divino que está en constante conexión el Universo o Dios.

En este nivel puedes lograr este entendimiento de quién eres realmente, y eso te da una paz y tranquilad interior que no habías sentido antes.

Te permite levantarte cada mañana en una actitud de agradecimiento, sintiendo paz, felicidad y ganas de vivir ese nuevo día. No estás esperando a que las cosas pasen, ni tampoco estás tratando de controlar tu vida.

Vives de forma natural siguiendo y disfrutando cada momento que se te presenta. Te sientes vivo, te sientes libre y te sientes profundamente conectado con el Universo.


Despierto (Tú eres la vida)

Una vez que te has dado cuenta que si estás abierto todo en tu vida fluye naturalmente, entonces así te abres a la posibilidad de alcanzar este nivel último de consciencia. En esta etapa tu ego se une con la mente Divina, eres consciente de que tú eres la vida misma, que no estas separado de nada de lo que ves a tu alrededor. La naturaleza, los animales, los individuos y todo lo que experimentas está conectado a la vida, y la vida se está experimentando a si misma a través de ti.

Todo es amor, todo es perfecto. Viendo desde afuera no podemos determinar quién está en esta etapa. Para llegar a esta etapa lo único que podemos hacer es limpiar, limpiar y prepararnos.

A este estado del ser también se le conoce como Iluminado, autorealizado o como una persona sin límites. No hay nada específico que debas hacer, lograr o tener. Todo lo que tienes que hacer es confiar en el universo y simplemente ser.

¿Cómo hacer el cambio?

La raíz para hacer todo cambio es tomar responsabilidad, sí, responsabilidad. Una pequeña palabra que te llevará mucho más lejos de lo que has podido imaginar.

Ya sea que se trate de una enfermedad, dolor, un vecino difícil, una característica personal, una crisis financiera o cualquier otra situación desafiante en tu vida, puede ser inicialmente amenazante asumir la responsabilidad de tu propia experiencia. Muchas veces escuchamos responsabilidad y pensamos que no nos corresponde, o pensamos que la responsabilidad es únicamente actuar como adulto al ir a trabajar, limpiar la casa, pagar tus gastos.

En realidad, la responsabilidad es la capacidad que tienes de responder y de cambiar tu propia realidad. Si continuas pensando que no puedes cambiar tu vida, que no tienes el control o que no tienes el poder, únicamente estás dejándote llevar por las cosas que suceden a tu alrededor y por tu propio subconsciente.

¿Sabías que las cosas que piensas todos los días en realidad son las mismas cosas que pensaste el día de ayer y anteayer? Nuestra mente consciente tiene la capacidad de elegir y razonar, pero no de crear y solucionar, en realidad todo lo que pensamos, la forma en la que actuamos se basa en todas las creencias, ideas, experiencias, emociones y sentimientos almacenados en nuestro subconsciente. Todo eso que aprendimos desde que éramos bebés y que han creado una imagen de nosotros mismos y del mundo en el que vivimos.

Cuando comienzas a ser responsable de eso que piensas, sientes y lo que sucede en tu vida, comienzas a tener la confianza de que las cosas buenas pueden tener realidad en tu vida, que tú puedes hacer un cambio en ella y que no es necesario dejarte llevar por ella.

Aquí es donde realmente comienzas a confiar en la Vida. Sabes que las situaciones difíciles son una oportunidad para crecer, una oportunidad para limpiar todo lo negativo en tu vida. Ya no eres más una víctima, hoy tomas responsabilidad de todo lo que te rodea, de la gente, de lo que vives y tus experiencias. Tú tienes la capacidad de decisión y de manejar tus emociones. 

Incluso los sentimientos como la soledad, o la tristeza sin fin, o el agujero negro de la nada que parece tan profundo y real cuando los resistes se convierten en algo para saludar y tocar con compasión. Al estar con ellos, ya no tienen el poder sobre ti que solían tener, y la energía que estaba unida a ellos se libera, abriéndote a una vida sin límites.

Es importante recordar, ya que está trayendo una mayor conciencia a tu vida diaria, que nunca ha salido de la armonía y la felicidad; solo pensaste que no la tenías. Toda la alegría, la claridad, la vitalidad y la abundancia que anhelas siempre han estado contigo, aquí y ahora. Simplemente no lo has visto porque has dejado que todas esas memorias, recuerdos y creencias almacenadas en tu subconsciente dirijan tu vida. 

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